Pudiera parecer que la palabra feliz y la palabra catástrofe hacen una extraña unión y que como el agua y el aceite, esta mezcla no funciona muy bien.
Pero en esta familia Ratón, estas dos palabras tan alejadas semánticamente, se confabulan para provocar un cambio sustancioso en la familia que queremos contar.
Hace más de treinta años, Adela Turín comenzó a publicar en Italia la colección «A favor de las niñas», que se convirtió en una serie de referencia para la coeducación y la igualdad.
Es ahora la editorial Kalandraka quien publica de nuevo algunos de los títulos de la colección.
Hay que agudizar el criterio en nuestra labor de seleccionar lecturas para la biblioteca si queremos que sea una ventana abierta de par en par al mundo.
Sabiendo que la literatura infantil guarda valores e ideas de gran calado, aplaudimos estas lecturas que llevan al aula la perspectiva de género en las que se construyen identidades personales que no se dejan llevar por estereotipos y tópicos.
Una feliz catástrofe nos coloca en el interior de una modesta madriguera en la que una familia de ratones viven tranquilos:
El papá ocupa su sillón, trabaja fuera de casa, degusta y opina sobre las comidas que hace mamá Ratón, cuenta sus aventuras de juventud a los pequeños y todos le dejan descansar con su periódico y zapatillas mientras se hace la cena.
La mamá limpia y cocina, cuida y atiende a los pequeños ratones, es muy atenta con papá y procura que no se le moleste cuando descansa en su sillón.
Hasta que un día...
... la madriguera de los ratones se inundó y Flora, la mamá Ratón, rescató a los pequeños refugiándose en un cajón del armario. En los días siguientes se dedicaron a explorar en busca de una nueva madriguera y todos modificaron sus costumbres con esta nueva vida.
Las historias de Adela Turín, ilustradas por Nella Bosnia, están tan bien contadas, que apenas es necesario añadir mucho más porque todo queda implícito en el texto y las ilustraciones.
En los estudios que realizaron publicados en En favor de las niñas presentaron la importancia que las imágenes tienen en los álbumes ilustrados, pues éstas tienen un valor simbólico que transmiten con mucha facilidad roles sexuales estereotipados.
El poder de las historias y de los libros es grande. Nos parece muy interesante y positivo presentar modelos abiertos que no estrechen la percepción de lo que es ser hombre o ser mujer; familias en donde ambos sexos puedan compartir la autoridad y el cuidado, el descanso y el trabajo, las decisiones y el apoyo, sin responder a modelos estereotipados de conductas en donde tradicionalmente, el papel femenino ha sido más sumiso.
Todos, mayores y pequeños, perciben claramente en los libros de esta colección que las chicas toman decisiones, son protagonistas de historias, no tienen por qué ser princesas con tacones constantemente, pueden ocupar cualquier profesión, son valientes... y nos gusta que destaquen especialmente esto, porque son las mujeres quienes sufren los sesgos sexistas con modelos y referentes habitualmente muy pobres en la literatura, hasta no hace mucho tiempo.
Apostamos por una biblioteca en la que haya libros que rompan estereotipos de manera clara, que cuenten historias con una perspectiva de género que respeten la oportunidad de elección tanto a varones como a mujeres.
Y Una feliz catástrofe, es una estupenda oportunidad para ello.
La historia de los bonobos con gafas, de Adela Turín.
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